top of page
  • maharanilife

ACERCA DE PERMITIRLO TODO




Honro y convivo con mis deseos, acepto mi experiencia, mi creación es perfecta, le digo sí a mi creación, me recuerdo ¿qué deseo hoy?, hago las paces con todos y cada uno de mis deseos, todos los que he tenido hasta ahora, todos los que he reprimido, todos los que he pospuesto, todos los que me han dado alegría cuando han llegado y luego les he dicho que no podrían ser. Hoy puedo estar en silencio y quietud con todos mis deseos, les permito hablarme, les hago un espacio en mi mente ocupada de lo que cree importante, les hago un espacio en mi corazón, justo ahí, a ladito del miedo, los escucho con mi respiración, con mi presencia, con mi no-negación, con mi permisión.

Me reconozco y me habito, me permito existir sin restringir nada que me habita y confluye en mí, conmigo, no hay dentro, no hay fuera, mi mente no está dentro de mí, yo estoy dentro de la gran mente, mis deseos no están dentro de mí, no son míos, son la energía creadora, la vida queriendo tomar forma. Le recibo, le honro, le hago un espacio, le atiendo como la sagrada visita que es, le permito irse sin querer retenerla, sigo escuchando a los que se quieren quedar y sigo permitiendo.

No tengo que hacer nada, no tengo que actuar al instante, pues no hago nada por mí misma, permito al universo vivir a través de mí.

No sé por qué, no lo entiendo todo, tampoco importa, respiro, sigo respirando. No entiendo cómo todo se manifiesta, solo siento ese impulso innegable, ahora lo he permitido, ahora solo todo existe, sin la necesidad de hacerlo, solo por su propia naturaleza creativa y creadora, se manifiesta, se crea y se re-crea, me habita y lo habito, es un solo habitar, un solo existir, presencia, atención y acción sin esfuerzo, solo wu wei, solo wu wei.



La mente separada cuando escucha: “lo permito todo”, inmediatamente se asusta, se asusta porque cree que va a ser atacada y se pregunta ¿cómo voy a permitir el ataque?, tengo que defenderme. No puedo permitir que venga un loco y me golpee, no puedo permitir que otra persona abuse de mí, tengo que poner límites, tengo que respetarme, no puedo permitir que me roben o me vean la cara, no puedo permitir que me engañen, debo cuidarme, qué cosa tan absurda es esa. Entonces, esta mente identificada con un cuerpo, identificada con lo perecedero, está asustada.


Lo permito todo, no de afuera hacia adentro, porque no existe tal cosa, no existe nada que no provenga de mí, entonces lo permito todo, de mí hacía mí, de mí en mi creación, de mí como experiencia, de mi como expresión, de mi como existencia.


El sufrimiento de vivir limitados por nuestros propios miedos, de no permitir pensamientos, deseos, emociones, de querer arreglarlo todo, de sentir que estamos mal, ese es el verdadero sufrimiento. La mente de la consciencia solo sabe que existe una sola posibilidad y es permitir que la vida florezca, en cambio la mente separada solo ve la posibilidad de protegerse de todo lo que ella ha proyectado.


Y entonces vuelve el miedo, porque le tememos a nuestros propios pensamientos, deseos y emociones. ¿Cómo voy a permitir a mi ira expresarse? ¿o a este pensamiento de querer acabar con alguien o con algo? ¿en qué me convertiría entonces? Nuevamente la mente ajena queriendo hacerse cargo, damos un pasito hacia atrás. No hay que hacer nada, permitir existir en los planos de existencia en los que se están manifestando, poder escuchar, poder atender, poder estar, poder convivir y entonces, lo que realmente somos, se manifestará, nos expresaremos.


La existencia no es solo en lo que vemos como “afuera”, sucede en el mismo instante en el que un pensamiento o deseo aparece dentro. La represión solo lo potencia, el abrazo de la presencia lo devuelve a su lugar. Lo devuelve del miedo al amor y, entonces, se transforma, se alquimiza, ocurre la verdadera meditación.


Buscamos nuestra verdad y, en cuanto ella siente esa búsqueda aparece y llega de la forma como puede comunicarse con nosotros, con lo que encuentra, con lo que hay, con lo que menos miedo pueda producirnos y, le decimos: gracias pero en este momento estoy ocupada, tengo mucho trabajo, tengo que ir a terapia a que me sanen todo aquello que me está perturbando, tengo que primero trabajar mi abundancia para luego ser abundante, tengo que solucionar un problema con mi pareja y vamos a dialogar a ver qué pasa. Y así, cambiamos el oro por el metal y la alquimia no sucede.


Y he encontrado que el mayor miedo es poder soltar todo a cuanto nos hemos aferrado para poder permitir nuestra verdad.


Hoy lo voy a permitir todo, es algo que nuestra mente en “defensa” quiere pasar por el filtro de la “experiencia”, es decir del pasado. Hoy lo voy a permitir todo, es la libertad y la paz de nuestra existencia Real.

31 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page